Voy a hablar de
Dungeon Crawl Classics, así que dadle al play para ambientaros con un poco de cuaca cucu cuaca, el tipo de música que pide este juego.
¿Ya? Pues venga, seguimos. Como recordaréis, (o no, porque seguramente tendréis cosas mejores en las que ocupar vuestra masa craneoencefálica) la semana pasada tuvimos un bonito encuentro de
Dungeon Crawl Classics World Tour organizado por el ínclito Josemasaga de
Siempre ha habido clases en los gélidos sótanos de Generación-X Puebla, Madrid, España. Si bien no hubo que lamentar muertos, Bester perdió un par de dedos y yo un cacho de nariz debido a la hipotermia. Menos mal que los perros nos encontraron a tiempo.
¡Tentáculos y jamonas!
¡Yeah, baby!
La asistencia fue arrolladora, pero más por rollizos que por numerosos: tres jugadores y el director de juego, aunque luego se nos unió un cuarto jugador y luego se lo pensó mejor y nos abandonó. La aventura elegida,
Glipkerio's Gambit, para personajes de nivel 2, ya se encuentra a disposición del personal en
Siempre ha habido clases (¡
ENLACE!) junto con un montón de spoilers y la crónica de la partida. Además, hay hojas de personajes pregenerados en la página de Goodman Games (¡
ENLACE!), para que no tengáis más que poner el culo en la silla y empezar a jugar. Y como Josemasaga escribe más y mejor que yo, me ahorro la crónica y me centro en otras cuestiones. Sólo deciros que llevé un Mago y pude disfrutar de las delicias del sistema de magia con todas sus extravagancias, como que mi conjuro de "Dormir" tuviera el requisito de ser lanzado a gritos. ¡SE DUERMAN, COÑO! Lógicamente, no funcionó nunca.
Para los más jóvenes: esto son lemmings.
Ya había jugado con anterioridad un par de partidas de nivel 0 así que, después de esta experiencia con el nivel 2, creo que ya tengo una opinión bien fundamentada para opinar sobre el
Dungeon Crawl Classics. Esto es raro en mí y no se volverá a repetir, así que no os acostumbréis. Sabéis de sobra que mi línea editorial se basa en opinar de lo que no sé. El caso es que, como sospechaba,
Dungeon Crawl Classics son dos juegos en uno. Hay un minijuego tipo
Lemmings esjalimoñándose
que se da en las partidas-embudo iniciales y un segundo juego más elaborado, de más calado, más gordo en definitiva, que es para los personajes de nivel 1 en adelante. son dos juegos totalmente distintos, pero igualmente divertidos. Además, las partidas para nivel 0 sirven de introducción al juego, al mundo y, lo que es más importante, al tono. Y es que me parece bastante necesario aclarar lo siguiente: DCC no es un juego old-school, en el sentido en que el reglamento es totalmente contemporáneo, pero sí capta su esencia. Esto significa que centra el protagonismo de la aventura en el dungeon (o la localización pertinente) y no en los personajes. Y que dungeons, señores, el del
Glipkerio's Gambit era un absoluto locurón, un despiporre, un echáronme droja en el colacao. Pasará el tiempo y se me olvidará qué personaje jugué, pero no el mago Glipkerio y la que montó en la cima del Monte Tyche.
Sí, definitivamente eran otros tiempos.
Resulta curioso que un manual como el de DCC, que podría detener una bala de pequeño calibre disparada a bocajarro, no tiene más que algunas pinceladas sobre la ambientación. Con ellas quiere establecer el tono, y son los módulos los que la van desarrollando, pero sin saturar, simplemente dando algunas pinceladas en cada uno de ellos y dejando que cada uno en su casa complemente con lo que necesite. Sí he notado que las aventuras publicadas son un poco precipitadas y siempre se basan en el hecho de que la aventura encuentra a los personajes, y no son los personajes los que buscan la aventura, que no me parece nada mal. No hay mejor motivación que "haz esto o te mueres por esto otro" para que los jugadores muevan el culo sin hacer preguntas. Yo no me canso de recomendarlo, es el juego con el que mejor me lo paso en mucho tiempo.
Ah, y he cumplido mis objetivos del 2013 que eran seguir vivo y conservar el trabajo, y me pongo los mismos para el 2014. Aunque no sé yo...